Residuos sólidos urbanos, agrícolas, peligrosos y hasta radioactivos. Éstos son los desechos que se generan en la ULPGC, y que se han clasificado desde que se ha puesto en marcha la Oficina de Gestión Ambiental, anterior Oficina de Residuos, que funciona desde el año 1992. Ahora, la Universidad grancanaria da un nuevo impulso a su política medioambiental con la publicación del Programa Integral de Gestión de Residuos ULPGC, un documento que marcará las pautas y las actuaciones para el correcto tratamiento de cada residuo que se genere en los distintos campus.
“Si unimos todo el gasto de papel de la ULPGC que se produjo en el año 2003, podríamos envolver la universidad 2,5 veces, y equivaldría a la tala de 60.000 árboles”. Ésta es una de las afirmaciones más gráficas que contiene el documento que ha publicado la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en torno al Programa Integral de Gestión de Residuos Universitarios ULPGC.
Para la Universidad grancanaria, tal y como recoge en el Plan Estratégico Institucional 2002-2006, el cuidado del Medio Ambiente es un objetivo prioritario, por lo que su compromiso es incorporar los principios del desarrollo sostenible en todas sus actividades cotidianas. Así, la Universidad ha sido consciente del volumen de residuos que causan muchas de sus actividades, y desde el año 1992 ha creado la Oficina de Gestión de Residuos, para fusionarse, en el 2003 con la recién creada Oficina de Gestión Ambiental.
Los datos confirman que los centros universitarios generan gran cantidad de desechos que, en algunos casos, debe eliminarse y, en otros, pueden ser recuperados. Es el caso de los denominados residuos urbanos sólidos, y más concretamente el papel, “que es el mayor residuo que se produce en la ULPGC, alcanzando un 60% del total de residuos urbanos”, explica Iván Ojeda, Coordinador de la Oficina de Gestión Ambiental de la ULPGC. El Programa Integral de Gestión de Residuos de la ULPGC, en este sentido, se ha marcado tres líneas de actuación básicas: por un lado, quiere fomentar la prevención, o lo que es lo mismo, impedir que se generen residuos innecesarios a través de las tecnologías limpias. Además, se pretende realizar una labor de recuperación de residuos, es decir, fomentar la recogida selectiva, la reutilización y el reciclaje de materias primas o energías. Y, por último, la ULPGC quiere realizar una eliminación segura de los residuos, teniendo en cuenta el entorno y la legislación.
Los puntos limpios
 | Puntos limpios campus de Tafira |
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El Programa Integral de Gestión de Residuos cumple la labor de cualquier manual de actuación. Así, los responsables de la ULPGC harán entrega de este documento a todos los centros universitarios y laboratorios que en su día a día generan residuos de cualquier tipo, con el fin de informarles de cuáles son los procedimientos de actuación con cada uno de ellos. Además, este manual contempla mapas gráficos en donde se especifican las ubicaciones de los puntos limpios instalados en los distintos campus.
En cuanto a los residuos denominados peligrosos, tales como sustancias químicas, sanitarias, tóxicas o corrosivas, entre otras, la ULPGC tiene la obligación de gestionar su recogida segura. De hecho, según el inventario realizado por la Universidad, estas sustancias, generadas, principalmente, en laboratorios universitarios, son las que han aumentado en un mayor porcentaje en los últimos años, ya que se han regulado por ley.
Este proceso de selección, reciclaje y recogida de residuos, detallado en el manual recientemente publicado, favorecerá que la ULPGC “sea pionera en la gestión de residuos”, explica Iván Ojeda. De hecho, ya la Universidad grancanaria, preocupada por la sostenibilidad del Medio Ambiente, fundó en el año 2004, junto a otras universidades españolas, y dentro de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), el Grupo de Trabajo por la Calidad Ambiental y Desarrollo Sostenible, presidido por el rector Manuel Lobo.
Proyectos futuros |
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Entre los proyectos de futuro que está desarrollando la Oficina de Gestión Ambiental de la ULPGC, figura uno que resulta curioso. En realidad consiste en reciclar uno de los residuos que se generan en la Universidad, pero para un uso algo distinto al habitual. Se trata de un proyecto piloto, en coordinación con la Escuela Taller Jaime O´Shanahan de la ULPGC, que pretende clasificar toda la materia orgánica que se desecha en las cafeterías universitarias, con el fin de producir compost, o lo que es lo mismo, abono orgánico. Así, se pretende reutilizar esta basura para abonar los jardines de los campus universitarios.
Además, este año la ULPGC pondrá en funcionamiento 3 nuevos almacenes de transferencia de residuos peligrosos, todos ellos preparados con medidas de seguridad que permitan el almacenaje de este tipo de basuras hasta seis meses. Con estos nuevos almacenes que permiten almacenar los residuos peligrosos sin perjuicio para los centros, la ULPGC ya suma un total de 5.
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